Un educador que amé educar, será el HÉROE DE LA EDUCACIÓN
Cualquiera con aptitud podría elegir ser profesor, pero solo aquel con actitud correcta puede elegir educar. Si queremos mejorar la calidad de la educación, necesitamos más y mejores prácticas educativas, ejercidas por profesionales que AMAN educar.
CARACTERÍSTICAS:
- Es paciente: sabe que no hay dos niños iguales.
- Es bondadoso: comprende que lo mejor es ayudar a todos sus alumnos sin distinción.
- No es envidioso: entiende que desear una capacidad que no tiene, lo hace no valorar su propia existencia y por tanto la de los demás.
- Ni presumido: conoce el efecto de la influencia o trabajo de dos o más y que al actuar en conjunto siempre se da un resultado mayor al esperado.
- Ni orgulloso: ya que comprende que la humildad facilita el trabajo en equipo docente, y permite el ejemplo para que todos los alumnos puedan aprender simultáneamente y cada uno aporte lo mejor de sí.
- No se comporta con rudeza: sabe que agredir verbalmente es maltratar.
- No es egoísta: trabaja de manera colaborativa poniendo primero el interés del desarrollo del alumno antes que sus propios intereses personales.
- No se enoja fácilmente: el mejor ambiente de clases es aquel en el que el alumno no tiene miedo de expresarse.
- No guarda rencor: intencionalmente procura acordarse solamente de eventos positivos del alumno.
- No se deleita en la maldad: comprende que las etiquetas no son para sus alumnos, por el contrario, logra que ellos confíen en sus capacidades, sientan en sus manos la posibilidad de cambiar su realidad y que puede ir un paso más allá, siempre.
- Sino que se regocija con la verdad: descubrió que la mayor falla de la educación es que solo se educa a los alumnos con orientación hacia el desarrollo de la MENTE OBJETIVA, que se concentra en objetos externos y descuida la educación hacia la MENTE SUBJETIVA que es el asiento de las EMOCIÓNES, la bodega de la MEMORIA y la capacidad que tenemos de imaginar mentalmente cualquier cosa positiva o negativa, lo que traerá consecuencias diferentes para sus vidas.
- Todo lo disculpa: sabe que equivocarse es parte del proceso de formación, por ello busca la cercanía con cada alumno.
- Todo lo cree: efecto Pigmalión; sabe que las expectativas y creencias de una persona influyen en el rendimiento de otra.
- Todo lo espera: logra que sus estudiantes saquen lo mejor de sí mismo, desarrollan un liderazgo basado no en la autoridad “yo soy el maestro”, sino en su habilidad para manejar los sentimientos y emociones propias y de los alumnos, así logran guiar el pensamiento y la acción de sus alumnos.
- Todo lo soporta: tiene capacidad de flexibilizar sus planes, modifícarlos en el minuto y ser capaz de cumplir sus objetivos a pesar de esos eventuales cambios de escenario en el aula.
Únete a la gran cruzada Transformando el mundo a través de la educación
Un educador que ama educar será el HÉROE DE LA EDUCACIÓN, sus alumnos, las familias, la sociedad en donde vive se lo reconocerá. Será parte de una verdadera transformación educativa, ese cambio en la educación tan esperado que necesita el mundo.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 5 No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 6 El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 7 Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Texto inspirado en 1 Corintios 13:4-7 | (NVI)